Hoy escribimos para poner el foco en el aburrimiento, aprovechando que lo tenemos bastante reciente por haberlo sentido durante el confinamiento en mayor o menor medida.
El aburrimiento es un mal silencioso en nuestros mayores. A veces tardamos en verlo porque cuando nos reciben lo hacen con toda la alegría del mundo. Pero esa alegría, además de ser porque nos quieren y se alegran de vernos, también lo es porque les alejamos del aburrimiento, aunque solo sea un rato.
La sobre exposición a este puede acarrear ciertas consecuencias como:
Irritabilidad, apatía, frustración.
Nerviosismo y desorden del sueño.
Disminución de las habilidades funcionales y falta de motivación por el mundo exterior.
En definitiva, les hace mucha mella en su autoestima. Por eso creemos que el equilibrio entre la privacidad y la estimulación es una de las claves del éxito en nuestro sector. Entendiendo el éxito como la capacidad de mejorar la calidad de vida de nuestros usuarios a la vez que les mantenemos el ánimo bien alto.
¿De qué forma podemos hacerlo?
No hay una sola forma, sino que debemos atacar esa cuestión desde diversos frentes:
Acomodando el centro tanto para usuarios como para visitas, con actividades compartidas y servicio de menú para invitados.
Preparando actividades culturales con frecuencia dentro y fuera del centro para mantener el contacto con el exterior.
Conociendo los gustos de nuestros usuarios en materias como el cine, la lectura, la gastronomía, la jardinería, las manualidades o las actividades físicas. No importa si tienen demencia o alzheimer, os alucinará saber de lo que son capaces de sentir (este tema nos apasiona)
Estos son solo algunos ejemplos de las formas, ¡hay muchos más! Cuando estemos activos os lo mostraremos en redes.
#stopaburrimiento